La reciente muerte del Papa Francisco ha resonado a nivel global, reavivando el interés por su vida y el trascendental papel que desempeñó en la Iglesia Católica. Pero antes de su último adiós, la pantalla grande ya había inmortalizado un momento crucial en su historia y la del Vaticano: su encuentro con el entonces Papa Benedicto XVI en la aclamada película “Los dos papas”.
Este largometraje de 2019, dirigido con maestría por el visionario brasileño Fernando Meirelles y con un guion ingeniosamente adaptado por Anthony McCarten, nos sumerge en una conversación que, aunque con dramatismo, explora las tensiones y los dilemas de una institución milenaria.

En particular, “Los dos papas” destaca en momentos críticos de la Iglesia, y su llegada a Netflix ha catapultado su popularidad, haciendo accesible este diálogo histórico a una audiencia global.
El fallecimiento de Francisco, conocido formalmente como Jorge Mario Bergoglio, ha avivado reflexiones sobre su legado. La película se convierte en una ventana para entender su personalidad y las dinámicas que marcaron su ascenso al papado.
Sin duda, “Los dos papas” presenta un retrato impresionante del detrás de escena de la Iglesia durante un periodo tumultuoso, mostrando la relación entre un Papa conservador y un futuro Papa reformista.

Si bien “Los dos papas” se inspira en hechos reales, tiene licencias creativas que hacen el relato más atractivo, proporcionando una narrativa sobre la lucha interna por la dirección de la Iglesia. Como indicó McCarten, “Hay distintos niveles de presunción al embarcarse en estas cosas. Esta película es más arriesgada que las anteriores, ya que desconocemos realmente qué sucedió”.
A pesar de su narrativa ficticia, “Los dos papas” tiene el mérito de humanizar a dos figuras a menudo vistas como meros símbolos del dogma religioso, lo que la convierte en una película significativa a la luz del fin de la era Francisco.

