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El joven príncipe se prepara para una experiencia transformadora en el legendario monasterio de China.
El príncipe Simeón Hasan, hijo de Kalina de Bulgaria y del explorador Kitín Muñoz, está a punto de embarcarse en un viaje transformador en el legendario monasterio Shaolin en China. Aceptado por los monjes, se sumergirá en la disciplina y filosofía del kung-fu, un camino que promete enriquecer sus habilidades en artes marciales y su crecimiento personal.
Ubicado en la provincia de Henan, a unos 50 kilómetros al sureste de Luoyang, el monasterio Shaolin es famoso por su estrecha relación con las artes marciales y el budismo. Simeón, quien ha estado practicando taekwondo y entrenamiento militar en España, vivirá en el monasterio durante cinco meses después del verano. Esta experiencia no solo busca refinar sus técnicas de artes marciales, sino también prepararlo para sus futuras aspiraciones de unirse a las fuerzas especiales españolas, conocidos como los ‘beretes verdes’.
Kalina y Kitín viajaron a China para familiarizarse con el entorno donde residirá su hijo. Durante su visita, fueron recibidos por los monjes, quienes mostraron sus impresionantes habilidades a través de una demostración. Inspirada por la rica cultura y disciplina del monasterio, Kalina decidió participar en una clase de kung-fu, ansiosa por experimentar los fundamentos de esta forma de arte de primera mano.
Kalina, hija del ex rey búlgaro Simeón II, tiene una larga historia en el fitness, habiendo comenzado su entrenamiento en 2000 junto a su esposo. Inicialmente entrenaron con pesas en Bulgaria y luego continuaron su viaje de fitness en Marruecos bajo la tutela del atleta olímpico Bernardino Lombao. A lo largo de los años, su compromiso con la salud y el deporte se ha mantenido firme. Kalina subrayó la importancia de la consistencia en el entrenamiento, afirmando, ‘La clave de todo es la consistencia, al igual que en la vida misma.’
Al abrazar el kung-fu, Kalina ha expresado su deseo de retarse aún más, encontrando nuevas formas de crecer y aprender. Su reciente incursión en las artes marciales se alinea con su espíritu aventurero y enfoque en el desarrollo personal.
Durante su tiempo en el templo Shaolin, Kalina y Kitín se involucraron profundamente en la experiencia cultural, pasando un día inmersos en las tradiciones y prácticas de los monjes. La pareja quedó particularmente impresionada por la dedicación de los monjes y el ambiente sereno del monasterio, a menudo referido como ‘el primer templo bajo el cielo.’
En cuanto al aspecto financiero del entrenamiento de Simeón, el costo de alojamiento en el monasterio varía según la duración de la estadía. Para aquellos que planean quedarse menos de una semana, la tarifa diaria es de aproximadamente 54.60 euros. Una estadía de un mes equivale a 773.50 euros, mientras que dos meses costarán 1,492.40 euros. Aquellos que elijan extender su estadía a tres meses pagarán 2,156.70 euros, y por cuatro meses, el total alcanza los 2,766.40 euros. Esta inversión refleja un compromiso significativo con el crecimiento personal y la disciplina.
Tras completar su entrenamiento en Shaolin, Simeón planea postularse para los ‘beretes verdes.’ Ha expresado su orgullo por el legado militar de su familia, apuntando, ‘Mi padre desciende de una dinastía de soldados; mi abuelo Luis luchó en tres guerras, y mi padre es embajador del ejército.’ Este linaje lo ha inspirado a seguir una carrera definida por el servicio y el desafío.
Además, al regresar de China, Simeón se unirá a su padre en una expedición bajo el ala del Explorer Club de Nueva York, una prestigiosa organización de la que Kitín ha sido parte durante décadas. Esta oportunidad no solo destaca el espíritu aventurero de la familia, sino también su compromiso con la exploración y el descubrimiento.
A medida que el príncipe Simeón da inicio a este nuevo capítulo en su vida, lleva consigo la esperanza y el apoyo de sus padres, quienes le han inculcado los valores del respeto hacia diferentes culturas y la importancia de comprender diversas perspectivas. Kitín comentó en una entrevista, ‘Kalina y yo estamos de acuerdo en inculcar sensibilidad hacia otros mundos. Conocer diferentes formas de pensar, sentir e incluso orar es esencial. Todo buen explorador entiende este código: puedes no entenderlo, pero debes respetarlo. Ese es el principio de todo.’
Con el telón de fondo del monasterio Shaolin y la promesa de un entrenamiento riguroso por delante, el viaje de Simeón está destinado a ser tanto un despertar personal como cultural. A medida que se prepara para enfrentar los desafíos del kung-fu y el entrenamiento militar, ejemplifica el espíritu de un joven listo para forjar su propio camino mientras honra el rico legado de su familia.
En conclusión, el viaje del príncipe Simeón Hasan al monasterio Shaolin no se trata solo de dominar el kung-fu; representa un compromiso más amplio con el crecimiento personal, la apreciación cultural y la búsqueda de la excelencia. Con el apoyo de sus padres, está listo para abrazar un futuro lleno de aventura y disciplina.
