Madrid, 12 de mayo de 2025. La política española ha sido sacudida por la reciente filtración de mensajes privados entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el exministro José Luis Ábalos. La dirección del PSOE se encuentra en un momento de tensión, tras no dedicar «ni un segundo» a hablar sobre las filtraciones durante una larga reunión en la sede del partido en la calle Ferraz. Esther Peña, portavoz del PSOE, manifestó que las filtraciones “no tienen nada que ver con ninguna causa judicial” y que “no hay nada relevante” en los wasaps publicados, donde Sánchez critica a los barones de su partido reticentes a los pactos con partidos independentistas.

Peña reafirmó que el PSOE no tiene previsto denunciar la filtración de estos mensajes, argumentando que son comunicaciones privadas que, de ser filtradas, serían delictivas. Sin embargo, fuentes cercanas a la dirección del partido indicaron que están a la espera de analizar el contexto y el origen de esta filtración. Se ha especulado que los mensajes provienen de discos duros requisados en una investigación judicial a Koldo García, ayudante de Ábalos. «Vamos a esperar que la UCO o la justicia determinen lo que ha sucedido», añadieron estas fuentes.

A pesar de la controversia, Peña lamentó la violación de la privacidad de las comunicaciones, subrayando que el PSOE ha enfrentado en los últimos años numerosas agresiones y ataques. En medio de esta crisis, el grupo de Sumar, a través de su portavoz Ernest Urtasun, ha criticado la situación y la ha calificado como un texto entre la “debilidad” de Feijóo y la lectura de su liderazgo en el próximo congreso del PP.

El próximo cónclave del Partido Popular, programado para el 5 y 6 de julio, se presenta como una oportunidad para reevaluar su estrategia y liderazgo, especialmente frente a un Gobierno socialista presionado por conflictos internos. Feijóo preveía hacer una revisión de los estatutos y los principios ideológicos del partido, un movimiento estratégico que podría definir el futuro del partido en un escenario electoral incierto. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha señalado que su participación en este congreso es crítica debido a rumores de descontento dentro del partido.

El entorno más amplio de esta situación se complica con las reacciones de líderes regionales y de otros partidos que han tomado posición sobre los mensajes divulgados, argumentando que la relación de confianza entre Sánchez y Ábalos plantea interrogantes sobre la integridad del Gobierno y su gestión.

Los primeros resultados de esta dinámica política, según analistas, podrían reflejarse en las próximas elecciones generales, a celebrarse en 2027. La urgencia de un cambio político en España se convierte así en el telón de fondo de esta contenida crisis que, hasta ahora, ha puesto de relieve la fragilidad de las alianzas y la transparencia dentro de la política nacional.