Una celebración íntima
El pasado viernes 13 de junio, Susana Molina y Guille Valle se unieron en matrimonio en una finca ubicada a las afueras de Madrid. Tras cinco años de relación, decidieron celebrar su amor en un evento que, según Susana, buscaba ser a su medida: ‘no tengo unas expectativas muy altas en mi boda, simplemente, quiero que todo esté a nuestro gusto’.
Un menú para recordar
Los alrededor de doscientos invitados no solo disfrutaron de la ceremonia, sino también de un menú excepcional preparado por el catering Lhardy, que incluyó ravioli de txangurro y jarrete de ternera. Nagore Robles, una de las asistentes, compartió la experiencia en sus redes sociales, mostrando su nombre junto al menú.
Un gesto solidario
El amor también se tradujo en un acto de generosidad, ya que los novios decidieron no hacer regalos a los invitados; en su lugar, destinaron ese dinero a ayudar a una protectora de animales. ‘Hoy celebramos el amor en todos los sentidos’, expresaron en un mensaje en las mesas. La celebración no solo fue un instante de alegría, sino también de conciencia social.
Un día lleno de momentos inolvidables
La llegada de los invitados generó anécdotas memorables, incluyendo el sorpresivo ingreso de Mario Casas como chófer de Melyssa Pinto. Este evento fue inscrito en la memoria de todos los presentes, destacando el fuerte lazo de amistad entre los novios y sus seres queridos.
En conclusión, la boda de Susana Molina y Guille Valle fue un evento caracterizado por la autenticidad y la diversión, donde la pareja logró crear una atmósfera única y personal en su gran día.