José Chamizo, el ex Defensor del Pueblo Andaluz, detenido por acusaciones de agresión sexual
El ex Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, fue detenido el 19 de marzo de 2025, tras acusaciones de agresión sexual a jóvenes migrantes. Esta inesperada situación ha conmovido a la comunidad, considerando la vasta trayectoria de Chamizo como defensor de los derechos humanos y la justicia social en España.
Chamizo, de 76 años, conocido por su compromiso con las comunidades desfavorecidas, incluida la población inmigrante, insiste en que las acusaciones son falsas. Asegura que se originan en una lucha de poder dentro de la ONG Sevilla Acoge, donde fue presidente. Según sus declaraciones, la denuncia proviene de Samuel Chaves, un ex asistente que busca tomar el control de la organización.
Las acusaciones involucran supuestos incidentes ocurridos entre 2022 y 2023, dirigidos a jóvenes bajo el cuidado de Sevilla Acoge. Tras su arresto, Chamizo fue llevado a comparecer ante el Juzgado de Instrucción No. 5 en Sevilla, donde optó por guardar silencio hasta poder estudiar la evidencia en su contra. Posteriormente, fue liberado sin cargos.
Al salir del juzgado, Chamizo declaró: ‘Tengo la conciencia muy tranquila, aunque es un episodio muy desagradable’. Se muestra profundamente confiado en su inocencia, afirmando que las acusaciones carecen de fundamento y son producto de individuos descontentos en la propia ONG.
Desde 1978, Chamizo ha sido una figura relevante en la sociedad andaluza, y ocupó el cargo de Defensor del Pueblo Andaluz de 1996 a 2013, destacándose por su apasionada defensa de los derechos civiles y sus críticas a la falta de acción gubernamental. En sus intervenciones, llegó a manifestar: ‘La gente está harta de ustedes’, dirigiéndose directamente a los políticos.
Las personas cercanas a Chamizo indican que las acusaciones podrían estar enraizadas en una rivalidad más amplia dentro de Sevilla Acoge, sugiriendo que Chaves organizó una campaña difamatoria en su contra. Chamizo recuerda haber sido advertido por jóvenes migrantes sobre indagaciones policiales relativas a conductas inapropiadas, subrayando las dimensiones políticas y competitivas del caso.
A pesar de las graves acusaciones, Chamizo sostiene: ‘Quien trabaja con el trasfondo debe ensuciarse’. Continúa comprometido con su labor en favor de los grupos vulnerables, y se le reconoce por haber fundado la organización ‘Voluntarios por Otro Mundo’, que apoya a menores y personas en situación de pobreza.
Aunque estas acusaciones pueden dañar carreras y reputaciones, Chamizo mantiene la esperanza de que la justicia prevalecerá. ‘Estoy dispuesto a cooperar con la justicia’, afirmó, deseando con ansias una oportunidad para defenderse formalmente una vez que comprenda los detalles de las acusaciones.
En las comunidades que ha servido, las reacciones han oscilado entre el apoyo y el escepticismo. Muchos valoran su trayectoria a lo largo de décadas de activismo, mientras que otros cuestionan la validez de su carácter ahora que han surgido estas acusaciones. Los defensores sociales que han seguido su carrera reconocen las serias implicaciones de tales acusaciones, pero enfatizan el principio de la presunción de inocencia.
El caso de Chamizo resalta problemas más amplios dentro del trabajo social y las comunidades, especialmente en relación con acusaciones que pueden surgir en entornos competitivos y cargados de poder. A medida que la sociedad lidia con el tratamiento responsable de estos casos, también refleja los desafíos que enfrentan aquellos en roles de apoyo, quienes deben navegar por relaciones y responsabilidades complejas.
El legado de Chamizo ha sido admirable, testimoniando su lucha contra el tráfico de drogas y la violencia en áreas vulnerables. Sin embargo, mientras enfrenta estos nuevos y desafiantes retos, la verdadera prueba de su legado aún está por verse. Factores desconocidos saldrán a la luz a través de rigurosos procesos de investigación y, con suerte, darán lugar a una mayor claridad respecto a las acusaciones.
El interés va más allá de la narrativa personal de Chamizo, ya que resuena con las dificultades que enfrentan las organizaciones sin fines de lucro que lidian con complejidades similares. Mientras él afirma: ‘Voy a desmantelar esto poco a poco’, muchos en Andalucía observarán atentamente cómo se desenvuelve esta historia.
