El tenista británico Jack Draper ha demostrado su valor en la cancha con una victoria convincente de 6-3, 6-1 sobre el estadounidense Jenson Brooksby en Queen’s Club, avanzando a los octavos de final. Sin embargo, tras el partido, una revelación alarmante planteó dudas sobre su estado físico.

Draper confesó haber enfrentado dos alarmas de lesiones antes de la competencia, una de las cuales fue provocada por una caída severa justo días antes de su partido. Esta declaración genera preocupación a medida que se aproxima Wimbledon, un momento crítico en su carrera.

Una Sombra Sobre Su Temporada Excepcional

A sus 23 años, Draper ha alcanzado grandes expectativas, siendo el campeón de su primer título Masters 1000 en Indian Wells y escalando al cuarto lugar en el ranking de ATP. Tras la retirada de Andy Murray, ha tomado el estandarte como la principal esperanza británica, listo para un competitivo verano sobre césped. Pero su reciente reconocimiento a la vulnerabilidad física complica este optimismo.

El accidente previo al torneo y las preocupaciones por su salud podrían haber afectado su candidatura en Queen’s. Sin embargo, su capacidad para sobresalir en la competencia refuerza su determinación, recordándonos que cada éxito conlleva un riesgo, y que las lesiones han oscurecido su camino hacia el éxito.

El Peso de las Expectativas

Este verano, Draper será la figura indiscutible del tenis británico, pero la sombra de Murray se siente aún fuerte. A pesar de las presiones externas, Draper se esfuerza por mantenerse enfocado: «No estoy concentrado en lo que los demás esperan», declaró a los periodistas, restando importancia a las predicciones de Wimbledon. Aunque esta es una actitud sensata, también es un desafío lidiar con la presión de ser el centro de atención.

Su sinceridad sobre las lesiones proporciona un respiro en un mundo donde la vulnerabilidad a menudo queda oculta. Draper no oculta su lucha; está consciente del coste físico y el impacto psicológico que enfrenta.

¿Momento o Ilusión?

El desempeño de Draper contra Brooksby fue impresionante, demostrando su habilidad en la cancha con precisión en los golpes de fondo. Sin embargo, ganar contra Brooksby no garantiza su éxito al enfrentar a los mejores. Su próximo rival, Alexei Popyrin, ofrece un desafío aún más agresivo.

La situación de salud y las lesiones pasadas siguen siendo una preocupación. Durante el US Open, Draper mostró signos de enfermedad al vomitar en la cancha, lo que plantea interrogantes sobre su resistencia física.

Conclusión

Jack Draper no solo representa la esperanza del tenis británico debido a su talento, sino por su capacidad para enfrentar sus imperfecciones. Su reconocimiento de preocupaciones por lesiones es un recordatorio de la adversidad que debe superar en su camino hacia Wimbledon y más allá. La habilidad está presente, pero sin una salud regular, esos sueños de conquistar la Centre Court podrían permanecer inalcanzables.