NEW YORK — Lou Carnesecca, el apasionado entrenador de St. John’s University, falleció a los 99 años, justo unas semanas antes de lo que hubiera sido su centésimo cumpleaños. Un miembro de su familia confirmó que murió en un hospital rodeado de sus seres queridos.

La universidad, en un comunicado, mencionó que Carnesecca «se ganó el cariño de generaciones de neoyorquinos con su ingenio y calidez». A lo largo de sus 24 temporadas como entrenador en St. John’s, este carismático personaje dejó una huella indeleble en el baloncesto universitario, convirtiéndose en un símbolo para la institución.

Carnesecca llevó a su equipo a un récord notable de 526 victorias y 300 derrotas, obteniendo 18 apariciones en el Torneo de la NCAA. Se hizo conocido por sus peculiares suéteres que, en 1985, se convirtieron en un símbolo durante la impresionante carrera de su equipo hacia el Final Four.

A lo largo de su carrera, recibió el reconocimiento como entrenador del año en múltiples ocasiones en una liga que se estableció en 1979, solidificando su lugar en la historia del baloncesto universitario. Durante su tiempo en St. John’s, inculcó en sus jugadores valores fundamentales y una ética de trabajo que trascendieron el deporte.

Carnesecca se destacó por su genuina pasión por el juego y su amor por los jugadores. Su legado perdurará no solo en la historia del baloncesto, sino también en el corazón de miles de fans que lo admiraron.

“Sin jugadores, no se puede jugar”, reflexionó una vez en su ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Baloncesto en 1992. A pesar de ser un entrenador de la vieja escuela, su energía y entusiasmo lo mantenían siempre al borde del campo, haciendo de cada partido un espectáculo memorable.

Desde sus humildes comienzos, Carnesecca convirtió su aprecio por el baloncesto en una exitosa carrera, ganándose el respeto y cariño de todos quienes lo conocieron. Su fallecimiento deja un vacío en el mundo deportivo que será difícil de llenar.