Eurovisión 2025: Polémica y resultados sorprendentes
La final de Eurovisión 2025 ha generado un gran revuelo, especialmente en torno a la puntuación del representante de Israel, quien recibió un apoyo masivo a través del televoto, desvirtuando los resultados establecidos por los jurados.
Desde que Eurovisión implementó el sistema de televoto, se han presentado irregularidades que alteran los resultados por motivos que van más allá de la música. Esto se ha visto reflejado nuevamente este año, donde Israel acabó en segundo lugar con 357 puntos, a pesar de haber sido decimoquinto en las votaciones de los jurados (con 60 puntos).
A Austria, el país ganador, se le otorgaron 436 puntos, imponiéndose con su propuesta innovadora. Sin embargo, el televoto sumó un total impresionante para Israel, que le permitió alcanzar el segundo puesto, mientras otros favoritos como Suecia y Estonia quedaron detrás en puntuación popular.
La controversia del apoyo a Israel
Notablemente, España otorgó sus 12 puntos a Israel, a pesar de la controversia sobre su participación en el festival. La decisión se complementó con una declaración de apoyo a Palestina emitida por RTVE antes del evento, lo que intensificó el debate social sobre la situación.
Las votaciones mostraron que la audiencia española se alineó con la tendencia europea, que otorgó un fuerte apoyo a Israel, a pesar de las protestas que rodearon su participación. Por otro lado, el jurado español no reconoció a Israel en sus votaciones, destacando un desajuste significativo entre el televoto y la opinión del jurado.
¿Un sistema fallido?
La estructura de votación actual, que decide el ganador en un 50% basado en jurados profesionales y en un 50% para el público, genera la necesidad de cuestionar la eficacia de este sistema. Las irregularidades en los puntos otorgados sugieren que se debería revisar el proceso.
La controversia que rodea a Eurovisión es un fenómeno recurrente, lo que obliga a los organizadores a evaluar posibles cambios para evitar futuros desajustes en la puntuación.
