Blanca Suárez se convirtió en la primera invitada de la semana en El Hormiguero, donde presentó su nueva película La huella del mal, dirigida por Manuel Ríos San Martín. En esta ocasión, la actriz interpreta a una policía que se enfrenta a un crimen con «fatídicos recuerdos» relacionados con un asesinato del que fue testigo años atrás.
Durante la grabación, el equipo se trasladó a la Sierra de Atapuerca, donde Suárez experimentó un momento increíble al estar en un lugar de tanto significado histórico: «No había ido nunca, y estar allí de repente, con el lugar cerrado para nosotros, fue bastante increíble», compartió.
En la entrevista, Pablo Motos le preguntó a Blanca sobre su preparación para el papel de policía. Suárez mencionó que tuvo clases con agentes reales y se preparó para evitar clichés típicos: «Quería huir bastante del cliché». Hizo hincapié en la importancia de la vocación en esta profesión, mencionando que la vida personal de los policías debe estar en sintonía con sus trabajos.
Entre risas, Pablo Motos y Blanca recordaron anécdotas divertidas, incluyendo un incidente en el que se cayó frente a Pedro Almodóvar durante el rodaje de La piel que habito, describiéndolo como «bastante humillante». A pesar de su éxito, Blanca comparte sus miedos sobre el futuro de su carrera: «Pensando: no voy a volver a trabajar nunca, se ha pasado, no me van a llamar nunca».
Además de su película, Blanca habló sobre su experiencia trabajando junto a Pablo Alborán en la serie Respira, destacando que es «un descubrimiento» como actor y que ha demostrado su gran talento. Alborán, un reconocido cantante, debutará pronto en la actuación como parte del elenco de la serie de médicos más popular en Netflix.
Con una carrera en ascenso y una vida personal que refleja su éxito, Blanca Suárez sigue ganándose el corazón de sus admiradores con cada nuevo proyecto.

