
La Corte Suprema de Justicia de Argentina tomó una decisión histórica al confirmar la condena a la expresidenta Cristina Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos. Esta sentencia, emitida el pasado martes, ha desatado reacciones intensas tanto a nivel político como social.
Un día después del fallo, la exmandataria salió al balcón de su casa en Constitución para saludar a un grupo de militantes que se congregaron en su apoyo. La imagen de Kirchner levantando la mano en señal de agradecimiento resonó en varios medios de comunicación, simbolizando la lucha continua de sus seguidores a pesar de la adversidad legal.
Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, se mostró satisfecha con la ratificación de la condena, diciendo que «la prueba es contundente» y reconociendo que el tribunal actuó de manera independiente. Carrió, quien ha sido crítica del kirchnerismo, añadió que la corrupción debe ser combatida con justicia y sin favoritismos.
En contraposición, Máximo Kirchner, hijo de la expresidenta y actual legislador, criticó la decisión de la Corte, acusando a la justicia de tener intenciones políticas y de buscar destruir a los adversarios políticos. «Estas no son las reglas de juego», expresó en su intervención en vivo en un canal de noticias.
Un notable componente de esta situación es la movilización de grupos sociales y sindicatos que se unieron en repudio al fallo. En el barrio de Constitución, numerosas organizaciones se congregaron para expresar su descontento, lo que llevó a la intervención de las fuerzas de seguridad, que implementaron medidas para mantener el orden.
El Gobierno de Javier Milei ha mantenido una postura firme, afirmando que es un momento de justicia y que la sociedad debe respetar las decisiones judiciales, que se consideran necesarias para el restablecimiento de la confianza pública.
Este caso ha reavivado un antiguo debate sobre el indulto y la posibilidad de que la expresidenta sea perdonada por sus actos. Mientras algunas voces piden una reforma constitucional para abordar la situación, otros advierten sobre la falta de aceptación ante un hecho que consideran injusto.
El clima de protesta ha llevado a cortes de vías y manifestaciones masivas en diversas partes del país, donde los ciudadanos expresan su apoyo a Kirchner y se oponen a las decisiones judiciales. Estos eventos subrayan una polarización creciente en la escena política argentina donde las posturas sobre corrupción y justicia están más que nunca en el centro del debate público.
¿Qué vendrá después de esta decisión en la Corte Suprema? Las reacciones continúan fluyendo, y está claro que la política argentina sigue profundamente marcada por esta controversia. Se anticipan más manifestaciones y actividades en el marco de este juicio que no solo afecta a una figura pública, sino que también plantea preguntas sobre la dirección futura de la justicia y la política en el país.

