
El presidente francés Emmanuel Macron enfrenta un creciente clamor por su renuncia a raíz de la destitución de su primer ministro, Michel Barnier, quien se convirtió en el primer premier en ser destituido por el parlamento en más de seis décadas, tras una votación de no confianza que refleja una profunda crisis política.
La votación, que tuvo lugar el miércoles, fue respaldada tanto por la extrema izquierda como por la extrema derecha en un escenario en el que Barnier había estado en el cargo apenas tres meses. El jefe del gobierno ahora está en el camino de convertirse en el primer ministro de más corto mandato en la historia moderna de Francia.
La crisis fue provocada por una controvertida propuesta de presupuesto presentada por Barnier, que incluía medidas de austeridad inaceptables para muchos en el parlamento, y surgió tras elecciones legislativas anticipadas este verano que resultaron en un parlamento fraccionado, sin mayoría clara para ningún partido. Según analistas, la caída de Barnier podría tener implicaciones significativas no solo para la política francesa, sino también para la marcha de la Unión Europea.
Como resultado de esta crisis, el presidente Macron ahora se enfrenta a la ardua tarea de elegir un nuevo primer ministro que pueda navegar esta complicada situación política. Algunos opositores han exigido su renuncia, aunque Macron se ha negado rotundamente a considerar esa opción.
El analista Eric Maurice del Centro de Políticas Europeas comentó: ‘Francia está debilitada y ya no está en posición de guiar a la Unión Europea como antes.’
Luego de la votación de no confianza, Barnier se reunió con Macron en el Palacio del Elíseo, donde se espera que formalice su renuncia, lo que deja a Francia en una encrucijada política. Macron busca estabilizar el país y evitar un vacío de liderazgo en medio de un contexto económico incierto, especialmente con la próxima apertura de la catedral de Notre Dame, donde se reunirán líderes mundiales, incluyendo al presidente electo de los EE. UU., Donald Trump.
La situación política podría traducirse en restricciones para aprobar el presupuesto de 2025, contribuyendo a la incertidumbre en los mercados y afectando la calificación crediticia de Francia. A medida que el país navega por esta tormenta política, muchos se preguntan quién será el nuevo primer ministro y cómo se manejarán los desafíos económicos que enfrenta Francia.
En la búsqueda de un reemplazo, los nombres de posibles sucesores como François Bayrou y el ministro de Defensa Sebastien Lecornu están en la mesa. Sin embargo, los retos son inmensos y dependen de la capacidad del nuevo premier para formar un gobierno que responda a las necesidades del país.

