La violencia vicaria: un fenómeno devastador
La violencia vicaria es aquella que tiene como objetivo hacer daño a la mujer a través de la violencia extrema contra sus seres queridos, especialmente sus hijos. Es un método cruel de retaliación que puede llevar al asesinato de estos pequeños. Se denomina violencia vicaria porque reemplaza a la mujer por sus hijos para destruir su vida y causarle un dolor incurable, que en algunos casos ha culminado en suicidio.
El impacto desesperante
La violencia de género es una de las mayores lacras de nuestra sociedad, ejerciéndose de muchas formas, desde el acoso sexual y agresiones físicas hasta la violencia económica y humillaciones. La violencia vicaria es una de las más crueles, dejando a las madres muertas en vida; para muchas, esto puede ser incluso peor que su propia muerte.
Trágicas estadísticas
Desde 2013, se han contabilizado más de 40 niños asesinados en España por sus padres biológicos o exparejas de las madres víctimas de violencia de género. Uno de los casos más destacados es el de Jordi, asesinado por su padre a pesar de una condena vigente por maltrato. La historia de Beatriz Zimmerman, quien perdió a sus dos hijos a manos del padre en 2021, también conmocionó al país.
La invisibilidad y la falta de protección
La sociedad patriarcal contribuye a la perpetuación de esta violencia, donde las mujeres denuncian pero son ignoradas, y los niños quedan sin voz. Según un estudio de la Asociación de Mujeres Psicología Feminista, el 44% de estos asesinatos ocurre durante las visitas al padre biológico, y muchas de las víctimas son menores de 5 años.
El rumbo hacia un cambio
Recientemente, el Gobierno español ha decidido incluir la violencia vicaria como una forma de violencia de género en la legislación. Esta medida busca mejorar la formación de jueces y profesionales en la detección y manejo de casos, pero aún queda mucho por hacer en la prevención y concienciación sobre este flagelo.
Conclusión
Frente a este doloroso fenómeno, es esencial que todos tomemos conciencia de que vivimos en un sistema patriarcal. La lucha contra la violencia vicaria y de género debe ser colectiva y constante, trabajando unidos para que ninguna mujer o niño se vea obligado a vivir con miedo.
