En un evento esperado, la empresa SpaceX realizó su noveno vuelo de prueba de la nave Starship el 28 de mayo, pero se encontró con problemas significativos que resultaron en una desintegración del cohete tras el despegue.
Un Despegue Prometedor que No Cumplió las Expectativas
Después de despegue exitoso desde el sitio de lanzamiento Starbase en Texas, la nave encontró dificultades cuando la etapa superior sufrió una fuga de combustible. «Los equipos seguirán revisando los datos y trabajando para nuestra próxima prueba de vuelo», anunció SpaceX tras la pérdida de control del cohete.
Incidencias Durante el Vuelo
Además de la fuga de combustible, la etapa superior no pudo abrir su escotilla para liberar varios satélites de simulación Starlink, uno de los objetivos clave de la misión. La etapa superior de la nave se movió descontroladamente antes de caer al Océano Índico.
Dan Huot, comentarista de vuelo de SpaceX, mencionó que ‘no se ve bien con muchos de nuestros objetivos en órbita para hoy’, refiriéndose a las expectativas frustradas del vuelo.
Lecciones Aprendidas y Próximos Pasos
A pesar de los contratiempos, el vuelo marcó hitos importantes como volar más lejos que en pruebas anteriores. Elon Musk expresó su optimismo en X, afirmando que los próximos lanzamientos se programarán más de cerca, cada tres o cuatro semanas.
El objetivo final de SpaceX sigue siendo enviar humanos a Marte, y la compañía sigue siendo un actor clave en el programa espacial estadounidense, ayudando a la NASA en sus futuras misiones a la Luna.
