Llega el momento de ajustar los relojes. Esta madrugada damos la bienvenida al horario de verano, que se prolongará hasta el próximo mes de octubre. Atrasar y retrasar las manecillas dos veces al año es una medida que da para muchas conversaciones y hasta discusiones, pero vayamos por partes.
Pese a que resulta imposible no haber escuchado o leído en los últimos días sobre el inminente el cambio de hora, a más de uno le rondarán hoy las dudas de siempre: ¿Hay que adelantar o retrasar los relojes? ¿A qué hora se cambia la hora? ¿Amanecerá antes o después? ¿Por qué se cambia de hora? ¿Pero no se iba a acabar con todo esto?
A las 2:00 serán las 3:00
En marzo siempre toca adelantar los relojes una hora para entrar en el horario de verano. Será en plena madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo. «A las 2:00 serán las 3:00«, como resuena desde hace días por los medios de comunicación. De esta manera, este domingo tendrá oficialmente una hora menos.
En cualquier caso, los aparatos electrónicos como móviles, tabletas, televisores y otros dispositivos conectados a Internet realizan el cambio de forma automática.
Amanece y anochece más tarde
Con la llegada de la primavera, los días se alargan a un ritmo aproximado de 3 minutos cada 24 horas: cada día amanece un minuto y medio antes y anochece un minuto y medio más tarde que la jornada anterior.
Lo que hace ahora el cambio de hora es desplazar una hora de luz de la mañana a la tarde: amanece una hora más tarde de lo que lo hacía antes del cambio, por lo que las mañanas serán más oscuras, y también anochece una hora más tarde, brindándonos más tiempo con luz solar durante las tardes.
¿Por qué se cambia de hora dos veces al año?
El cambio de hora se adoptó por primera vez durante la I Guerra Mundial con el objetivo de optimizar las horas de luz y reducir el consumo energético. La Comisión Europea asegura que la medida tiene impactos positivos en sectores como el transporte, comunicaciones, seguridad vial, condiciones de trabajo, modos de vida, salud, turismo o el ocio.
Ya tras la II Guerra Mundial, algunos países como Reino Unido recuperaron su huso horario. Pero en España, a pesar de que la mayor parte de la península está situada en el huso horario occidental, se mantuvo el horario europeo central, provocando así un desajuste de las horas de luz y oscuridad naturales que nos corresponden.
El primer acto legislativo de la Unión Europea sobre los horarios de verano e invierno data de 1980; era una directiva que coordinaba los métodos vigentes en los países para así contribuir a garantizar el buen funcionamiento del mercado único.
¿Pero no se iba a acabar con todo esto?
El debate sobre si compensa o no cambiar la hora sigue abierto desde hace años. Las consecuencias de ajustar los relojes en la salud y si verdaderamente sirve para ahorrar energía (algunos estudios apuntan a un ahorro de entre un 0,5 y un 2,5%) son los argumentos principales de los contrarios a mantener la medida.
La Comisión Europea presentó el proyecto de Directiva sobre el cambio de hora estacional en septiembre de 2018: suprimir los cambios horarios bianuales en todos los países de la UE y el uso de un sistema de notificación para los países que decidan modificar su hora oficial.
Cómo afecta el cambio de hora a nuestra salud
El cambio de hora supone una modificación de las horas de luz y oscuridad que produce una serie de alteraciones neurohormonales que, normalmente se superan en unos pocos días. Estas primeras semanas podemos sufrir sueño, desajustes alimentarios, irritabilidad y cansancio.
Como vemos, con la entrada del horario de verano disfrutaremos de más horas de sol al día, lo que provoca que el cuerpo segregue más melatonina y, por ende, el sueño a la larga será de más calidad.
Para adaptarse mejor al cambio se recomienda realizar deporte, meditación, eludir las siestas y las bebidas estimulantes dos horas antes de ir a dormir y evitar dispositivos tecnológicos.
Por último, está claro que a medida que se acerque 2027, el debate sobre el horario y su taller no sólo volverá a estar en la agenda, sino que los ciudadanos tendrán que decidir si España se mantendrá en el horario europeo o se ajusta al huso horario que le corresponde.

